Clava la punta del anzuelo por un extremo del gusano hasta llegar al otro.Elige una parte del gusano, cerca de medio centímetro desde uno de sus extremos. Si lo haces demasiado cerca de su cabeza, será capaz de zafarse del anzuelo. Ten cuidado para no engancharte la mano cuando el anzuelo atraviese el cuerpo de la lombriz; no hundas de frente la punta del anzuelo en el gusano.
- ¡No seas delicado! Aunque el gusano se retuerza y revuelque cuando lo enganches, los científicos creen que los gusanos no sienten dolor.[1]